viernes, 6 de agosto de 2010

EL PAPEL DEL PERU EN LA COOPERACION E INTEGRACION SUDAMERICANA: TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS

ANALISIS Y TENDENCIAS

El Perú, ha tenido por muchos años, una percepción errónea, del valor de su ubicación geográfica en el contexto sudamericano y de sus relaciones con sus pares a nivel regional y global. Esta actitud, se debió a la falta de una visión de futuro, de casi toda la clase política imperante en el momento, cuyo desconocimiento del valor geopolítico y geoestratégico del país desde la perspectiva de su posición geográfica y su gran potencial de recursos en la región, trajo como consecuencia, la falta de desarrollo y abandono de la seguridad del país, significando ello la perdida de espacio territorial.


Es en este contexto, que posteriormente, en forma decidida y consensuada en el año 2001, los líderes de los partidos políticos deciden reunirse para formular un Acuerdo Nacional, estableciendo en ella Políticas de Estado, conducentes a subsanar errores del pasado y a recuperar el tiempo perdido a fin de lograr entre muchos de los objetivos, la integración de los países de la región, tal como lo contempla las normas siguientes:

 Constitución Política del Perú: Art. 44°

 Acuerdo Nacional : Sexta Política de Estado

 Ministerio de Relaciones Exteriores: Lineamientos de la Política Exterior

En tal sentido, para poder analizar el papel del Perú en la integración de Sudamérica, se debe tener en cuenta los cambios surgidos en el nuevo orden mundial, el cambio del orden internacional que se vivió a partir de 1945; donde surgieron dos superpotencias fuera del territorio Europeo, estamos refiriéndonos a Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) y la Unión de Republicas Socialistas (URSS), quedando de lado las antiguas potencias militares de Alemania y Japón, transformándose estas en grandes potencias económicas. Luego aparece en el escenario, la comunidad Europea (UE), la cual esta conformada por las ex grandes potencias europeas las cuales a partir de una sólida base de integración económica, se convirtieron en un coloso comercial, pudiendo considerárseles como el tercer actor del escenario internacional.

También aparecieron en el escenario, a base de sus enormes potenciales de desarrollos propios e independientes, la China y la India. América latina se inicio en el orden de la guerra fría como un conjunto de países bajo la influencia de los EEUU, quienes por sus antecedentes económicos, políticos y culturales, mostraban mejores perspectivas de desarrollo, que los países asiáticos y africanos. En nuestra región latinoamericana aparecen dos actores importantes en el escenario internacional, estamos hablando de Brasil y México, quienes asociados a EEUU, pretenden ascender al nivel de potencias regionales.

En tanto que México opta por la integración con EEUU mediante el NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), condicionando sus vinculaciones con el resto de América Latina; Brasil toma un camino de independencia ganando presencia regional. Primero a través del eje comercial con Argentina en el MERCOSUR (Mercado Común del Sur) y postulando a la integración económica de Sudamérica, ante los cuestionamientos debido a la desigualdad de las iniciativas Norteamericanas del ALCA (Área de Libre Comercio para las Ameritas) y los TLC´s. Brasil intenta liderar las tentativas de Integración de Sudamérica, como un intento de conformar un nuevo orden regional en medio de la transformación del orden internacional después del fin de la Guerra fría, priorizando la creación de infraestructuras continentales, creando corredores para poder sacar sus productos al Asia por el Pacifico. Esto sucede según especulan algunos analistas, en momentos en los cuales se percibía que fuerzas norteamericanas se venían situando en la periferia de la cuenca amazónica, en Colombia y en el Perú. Si esta iniciativa logra suficiente apoyo político, sería viable la integración regional, echando bases por primera vez, de un genuino regionalismo sudamericano. Se visualiza al Brasil como un actor importante en las decisiones del orden internacional, redefiniéndose como una “Potencia Emergente” y donde el Perú es considerado como una potencia menor. Para poder entender la problemática que enfrenta la construcción de un orden sudamericano, es importante tener en cuenta algunos rasgos centrales del comportamiento internacional que se atribuye a las potencias menores, las cuales encuentran dificultades para mantener un comportamiento completamente independiente de las potencias mayores, por sus vulnerabilidades en defensa y economía.

Posteriormente nueve países latinoamericanos incluyendo Brasil, Argentina, Perú, Colombia y Venezuela firmaron en el Cusco el 08 de Diciembre del 2004, un acuerdo de integración que para algunos de sus líderes es el primer paso para crear los "Estados Unidos de Sudamérica". Según la Resolución 59 del acuerdo firmado en Montevideo, del XIII Consejo de Ministros de la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración), los cancilleres de los nueve países, los cuatro miembros del MERCOSUR: Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay y los cinco miembros de la Comunidad Andina de Naciones: Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela y Perú; acordaron unir los dos bloques económicos en un área de libre comercio común.

Existe en América del Sur, simultáneamente, una tendencia a la integración y el diálogo político con contornos históricos representados por la entidad que empieza a adquirir UNASUR (Unión de Naciones Sudamericana); pero, al mismo tiempo, existen focos de tensión, especialmente Colombia -Venezuela y en menor medida Chile - Perú, en los que el armamentismo de algunos está vinculado a escenarios tradicionales de la seguridad nacional. Hay otros casos de rearme no vinculados a tensiones fronterizas, sino a nuevos roles internacionales, como es el caso del Brasil. Lo único que no debe hacerse en este contexto es negar la realidad, esgrimiendo la etérea tesis que se trata de simples reposiciones de material obsoleto. La única manera de dar dentro y fuera de la región un mensaje claro que disocie la adquisición de armamentos con la posibilidad de la agresión, es asumiendo una iniciativa regional, sudamericana, que comprometa la voluntad política de los países y establezca garantías jurídicas que excluyan la hipótesis del uso o la amenaza del uso de la fuerza.

El problema del programa de la Comunidad Sudamericana de Naciones es su énfasis en el comercio y en la infraestructura, sin incorporar otros aspectos del desarrollo. Estos vacíos han quedado aún más en evidencia, al ser señalados por la carta abierta enviada por el presidente Evo Morales, de Bolivia, como una propuesta de que “Los planes en carreteras y puentes no pueden ser meras vías de paso para las exportaciones, sino que deben generar desarrollo local y regional. Además reclama otros compromisos sociales y ambientales”.

Debemos elaborar y ejecutar la política exterior a partir de una interpretación de la historia del Perú en sus relaciones externas, de un engarzamiento de los intereses del Perú en este mundo global. Consecuentemente, debemos plantear una visión estratégica moderna del Perú frente al siglo XXI, sobre cómo debe insertarse en el mundo. Creemos que, básicamente, necesitamos un posicionamiento que a partir de Sudamérica nos permita ser más competitivos. En la globalización no solo las empresas deben ser competitivas; deben serlo también los Estados”.

Por tal razón, requerimos ser competitivos para que los factores externos, que pueden perjudicarnos o favorecernos, sean aprovechados de la manera más eficaz posible, para tener más seguridad, bienestar y desarrollo económico y social con justicia. Al mismo tiempo, requerimos minimizar o eliminar los impactos negativos de la globalización. Necesitamos, al mismo tiempo, fortalecer nuestra proyección en el escenario internacional.

El Perú es un país mediano en la región. Por ello tiene que proyectarse hacia el mundo a partir de un agrupamiento sudamericano que nos permita, por primera vez en la historia, manejar mejor nuestros intereses en términos políticos, comerciales, de transferencia e innovación tecnológica, de seguridad, estratégicos, de cultura, de biodiversidad, entre otros.

La Comunidad Sudamericana de Naciones quiere tener, también, una visión sociológica de su propia identidad. ¿En qué cosas pensamos?. Pensamos en el libre tránsito de las personas, en la convalidación de títulos universitarios, en programas de intercambio de estudiantes, en fronteras abiertas para los negocios de los empresarios; en su capacidad de negociación, en la creación de multinacionales sudamericanas, entre otros temas.

Debemos saber utilizar las experiencias exitosas de otras regiones para apuntar con gran optimismo a una alternativa similar en este nuestro espacio sudamericano, tal como son Europa (Unión Europea), la norteamericana (NAFTA), centroamericana (SICA), caribeña (CARICOM), la del sudeste asiático (ASEAN), o la africana (OUA), entre otras.

Por otra parte, los lineamientos de la política exterior peruana tienen como referente central en las 31 Políticas de Estado del Acuerdo Nacional, con especial énfasis en los objetivos establecidos en la Sexta Política. Ésta reafirma el compromiso de ejecutar una Política Exterior para la Paz, la Democracia, el Desarrollo y la Integración, mediante una adecuada inserción del Perú en el mundo y en los mercados internacionales, respetando los principios y normas del Derecho Internacional, en un marco de diálogo interinstitucional, incluyendo a las organizaciones políticas y a la sociedad civil.

Asimismo, la Sexta Política del Acuerdo Nacional establece siete objetivos básicos vinculados a los principales temas de nuestra política exterior: (1) promover la paz y seguridad internacionales, a fin de lograr la estabilidad política y confianza necesarias para facilitar el desarrollo y la erradicación de la pobreza; (2) promover el respeto de los derechos humanos, la democracia, el estado de derecho, y la lucha contra las amenazas transnacionales y sus delitos conexos; (3) participar activamente en los diversos procesos de integración con miras a un desarrollo armónico y la generación de condiciones más equitativas en el proceso de globalización; (4) impulsar el desarrollo sostenible y la integración en las regiones fronterizas; (5) promover y defender los intereses permanentes del Estado peruano, sus connacionales y empresas en el exterior, y utilizarlos como instrumentos para la captación de inversiones y de recursos de cooperación internacionales; (6) impulsar las políticas migratorias globales que incorporen la promoción de oportunidades laborales; y (7) respetar la soberanía y el principio de no intervención en los asuntos internos y externos de los Estados.

América del Sur es el área estratégica prioritaria dentro del esquema de prioridades de la Política Exterior Peruana. Esto no sólo obedece a razones obvias de vecindad geográfica, ya que el Perú comparte con los países sudamericanos mucho más que un espacio continental, comparte un pasado histórico y un trasfondo social y cultural común, así como problemas y oportunidades similares de cara a los desafíos que presenta el complejo proceso de globalización actual.

La región sudamericana es rica en recursos naturales, cuenta con una gran diversidad biológica, goza de una alta homogeneidad lingüística y mantiene un ambiente positivo de tolerancia racial y religiosa. Asimismo, ha sido capaz de construir sociedades y Estados democráticos. Estas condiciones brindan un enorme potencial de crecimiento y desarrollo a una región que, además, posee un gran volumen de producto interno bruto agregado y cuenta con un alto potencial de complementariedad entre las economías nacionales.

A pesar de sus potencialidades, en los últimos años América del Sur ha tenido que enfrentar dificultades económicas que se traducen en problemas sociales y laborales que pueden influir de forma negativa en el ambiente político de la región. Sudamérica, por mucho tiempo, ha sido vulnerable a factores externos, con especial impacto en el área comercial. La región sigue dependiendo de la exportación de recursos naturales (tales como la soya, el café, el plátano, el petróleo, el cobre, el estaño, etc.). Actualmente, la participación de este tipo de productos en las exportaciones totales es superior al 40%, que sumadas a la exportación de manufacturas genéricas (como el acero, el aluminio y ciertos petroquímicos) hacen un total de 80% de las exportaciones sudamericanas. América Latina es la región que presenta las mayores desigualdades en cuanto a distribución de riqueza: el 5% de la población controla el 26% de la riqueza, mientras que un tercio de los sudamericanos vive con menos de 2 dólares al día.

En el contexto descrito, entre los objetivos básicos de la Política Exterior Peruana está el establecimiento de asociaciones preferenciales con los países de América del Sur, en particular con los países vecinos. Este objetivo responde no sólo al diseño de prioridades por la Cancillería para el ámbito externo, sino que constituye una política de Estado, consagrada como tal en el Acuerdo Nacional, que se propone privilegiar y fortalecer el diálogo político, dinamizar las relaciones económicas, la integración física y económica y el desarrollo fronterizo, avanzando en la construcción de una región más fuerte y cohesionada económica, social y físicamente, a fin de que pueda avanzar más eficazmente en la superación de los obstáculos para su desarrollo.

La opción estratégica por la integración implica la construcción de un espacio sudamericano que, entre otras ventajas, pueda negociar una inserción en el nuevo sistema de relaciones hemisféricas, que constituye, en el aspecto económico, el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Este espacio sudamericano deberá consolidarse a partir de la convergencia de la CAN (Comunidad Andina de Naciones) y del MERCOSUR, en una zona de libre comercio en ese ámbito, cuyo primer paso ha correspondido al Perú con el acuerdo para la creación de una zona de libre comercio entre el Perú y MERCOSUR en agosto de 2003. A su activa condición de país miembro y fundador del proceso de integración subregional andina, el Perú ha sumado su incorporación como Estado Asociado al MERCOSUR, en diciembre de 2003.

Otro aspecto muy importante de la formación de este espacio lo constituye el programa de integración física, energética y de telecomunicaciones que surgió de la primera Cumbre Sudamericana en Brasilia. La Iniciativa de Integración Regional Sudamericana (IIRSA), lanzada en el marco de la primera Cumbre Sudamericana realizada en Brasilia en el año 2000, consiste básicamente en el desarrollo de grandes ejes de integración en la región, de carácter multimodal, a través de los cuales se busca no solamente facilitar el tránsito de las mercaderías, sino integrar mercados regionales y economías locales al interior de nuestro continente.

Es igualmente de interés del Perú consolidar relaciones de cooperación en el ámbito de la seguridad y la defensa, promoviendo medidas de fomento a la confianza, en especial con los países fronterizos. Estas líneas de acción se insertan en el objetivo de consolidar un espacio sudamericano de paz y seguridad, en concordancia con lo acordado en la Segunda Cumbre Sudamericana celebrada en Guayaquil en el año 2002.

Paralelamente, la política exterior con relación a los países del ámbito sudamericano busca afirmar coincidencias y líneas de acción en la lucha contra la pobreza, la corrupción y el narcotráfico; la promoción de la institucionalidad democrática; la promoción y el respeto de los derechos humanos; el desarrollo de la cooperación horizontal; el fomento de las inversiones; y el fortalecimiento e incremento del intercambio comercial.

En suma, la política exterior del Perú busca la afirmación de una identidad regional y una proyección del subcontinente, en el camino hacia la constitución de una Comunidad Sudamericana de Naciones, concepto que comienza ya a ser recogido en las más recientes declaraciones presidenciales

La integración regional sudamericana constituye una alternativa de crecimiento y de concreción de los proyectos nacionales de desarrollo con énfasis en la eliminación de la exclusión social, la reducción de la pobreza y la disminución de la vulnerabilidad externa, haciendo posible una presencia más sólida y competitiva de nuestra región en el mundo.

Bajo esta premisa, en la III Cumbre de Presidentes de América del Sur (Cusco, 2004),surge la Comunidad Sudamericana de Naciones como un proyecto político y un programa de desarrollo regional, partiendo de la convergencia gradual entre la Comunidad Andina (CAN) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), sumando a Chile, Guyana y Suriname.

Luego de las dos primeras Cumbres de Jefes de Estado de la Comunidad Sudamericana, realizadas en septiembre del 2005 en Brasilia y en diciembre del 2006 en Cochabamba, que tuvieron como resultado el establecimiento de una Agenda Prioritaria y un Plan Estratégico para la Integración, respectivamente, el proceso de integración sudamericana experimentó un giro a partir de la Cumbre Energética, realizada en la Isla Margarita en abril de 2007. En dicha Cumbre se cambió de nombre a la Comunidad Sudamericana de Naciones por el de Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). Asimismo, se estableció una Secretaría Permanente de UNASUR en Quito y se transformó la Comisión de Altos Funcionarios en el Consejo de Delegados o Comisión Política. En la Declaración de Cochabamba suscrita por los Jefes de Estado el 9 de diciembre del 2006, se incluyó un Plan Estratégico para la Profundización de la Integración Sudamericana que, sobre la base de la convergencia del MERCOSUR y la Comunidad Andina más Chile, Guyana y Suriname, establece la creación de cinco grupos de trabajo: Infraestructura, Integración Energética, Integración Financiera, Políticas Sociales e Integración Educativa Sudamericana.

En suma, la tendencia de nuestro país es priorizar la integración regional, lo que nos permitirá poder seguir avanzando hacia la complementación productiva regional; toda vez que nuestra participación en la CAN, el MERCOSUR y la UNASUR, consolidara la posición del país en la apertura de nuevos mercados y estar acordes a los cambios tecnológicos en un mundo cada vez más globalizado.

PERSPECTIVAS


1. El Perú, pese no haber alcanzado la madurez política deseada, por encontrarse su democracia aun en una etapa de transición, siempre será la de participar proactivamente en el proceso de integración de los países sudamericanos, buscando acrecentar vínculos políticos, diplomáticos, económicos, sociales, de infraestructura, tecnológicos, de la preservación del medio ambiente, de integración energética, de seguridad y otros comunes como una forma de lograr el desarrollo de los mismos; sin embargo, este proceso encuentra una barrera en la parte política dada por las posturas de los gobiernos de Venezuela y Bolivia que vienen actuando como elementos disociadores a todo proceso de integración tratando de implementar un modelo que va en contraposición de la mayoría de los países.

2. El Perú viene trabajando para mejorar la competitividad del país a través de la suscripción de acuerdos comerciales regionales y bilaterales. A la fecha el Perú cuenta con acuerdos de libre comercio con EEUU, CAN (Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú), Venezuela, MERCOSUR (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) y Chile, Canadá, Singapur y China (a partir del 01 de marzo), también se tiene acuerdos que están por entrar en vigor como la EFTA (Suiza, Noruega, Liechtenstein, Islandia) y en procesos de negociación, con la Unión Europea, Corea, Japón; Tailandia y México (éste último se encuentra paralizado).

3. Que el Perú impulse las negociaciones bloque a bloque entre la CAN y la UE, con miras a un Acuerdo de Asociación que incluyan el Diálogo Político, Cooperación y Comercio.

4. El Perú estima que la UNASUR es un proceso que va a durar un largo tiempo, donde se requiere respetar la pluralidad ideológica y distintas visiones de desarrollo, es necesario identificar tareas comunes que coadyuven al proceso de integración regional, a través de una agenda realista.

5. El establecimiento del Espacio de Libre Comercio es uno de los objetivos prioritarios de Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), en la actualidad al interior de la Asociación se perciben diferentes enfoques respecto al proceso de integración regional; por un lado, están los países, entre ellos el Perú que respalda el rol prioritario de la materia económico-comercial y por otra parte los países del ALBA (Bolivia, Ecuador, Cuba y Venezuela), quienes consideran la prevalencia del tema social, percibiéndose una intensa carga ideológica e intransigencia en los debates, buscando relegar los postulados primigenios de la ALADI. Se presume que ambas posiciones tendrán que ceder y buscar un punto medio, favorable para ambas partes; el Perú apuesta a que al haber más desarrollo económico y comercio, se beneficia colateralmente lo social.

6. Seguir avanzando hacia lo que es la consolidación comercial a nivel regional, existe una multiplicidad de temas a tratar en el marco de la CAN y del MERCOSUR, que no solo son temas comerciales, sino abarcara los aspectos como Seguridad, integración fronteriza y medio ambiente; ahora como nos ha enseñado la crisis financiera mundial, que la integración son alternativas que nosotros podemos utilizar para amenguar los golpes de estas crisis globalizadas. Con UNASUR vamos a seguir políticamente trabajando, consideramos que es interesante pulir mecanismos, pero siempre tener presente el no duplicar instituciones e iniciativas existentes, como son el IIRSA (Infraestructura Regional Suramericana) o la Corporación Andina de Fomento, nosotros consideramos que esta Corporación trabaja bien, el Perú no está de acuerdo con la creación de una moneda Regional, consideramos que nuestro organismo financiero , es un organismo financiero de éxito con reconocimiento financiero a nivel internacional .

7. Al final nos preguntaríamos, ¿Qué buscamos con la inserción en la cooperación e integración sudamericana?. Buscamos que el Perú sea un país exportador de oferta de bienes y servicios, que sea competitivo y pueda diversificar cada vez más su oferta exportable, para ello, requerimos y hacemos un trabajo coordinado entre el sector público y los diferentes gremios empresariales, al final nuestro objetivo es colocar al Perú como líder del Pacifico sur y como CENTRO DE NEGOCIOS en América del Sur, proyectándonos hacia el mundo a partir de un agrupamiento sudamericano.

8. Lograr mediante los procesos de concertación y coordinación política, un acuerdo de libre comercio entre los dos bloques regionales (Comunidad Andina de Naciones – CAN y el MERCOSUR), y con Chile, Suriname y Guyana, la integración física, energética y en comunicaciones, la armonización de políticas en desarrollo rural y agroalimentario, la cooperación en tecnología, ciencia, educación y cultura, y la integración entre empresas y sociedad civil.

9. Las características geoestratégicas de nuestra vecindad y la gravitación global del Brasil, hacen excepcionales las condiciones para una integración binacional de alta intensidad con este país. El Perú debe cumplir un rol protagónico, conjuntamente con el Brasil, en el desarrollo de la integración física sudamericana en el marco de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA).

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