jueves, 5 de agosto de 2010

PERU Y LA INTEGRACION SUDAMERICANA (Monografia)

PREAMBULO


El conjunto de iniciativas políticas que han proliferado desde fines de los años ochenta con vistas a la creación o reactivación de mecanismos de integración económica regional en diversas zonas del mundo se ha dado a llamar “nuevo regionalismo”. En América Latina se han adoptado importantes iniciativas para revitalizar proyectos ya existentes: el Plan de Acción Económica para Centroamérica en el seno del Mercado Común Centroamericano (MCCA) en 1990; el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA) por el que se establece el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) en 1991; el impulso de la integración andina en el Pacto Andino desde 1991; el Protocolo de Trujillo (1996) y del Protocolo de Sucre (1997) que convierten el Pacto Andino en Comunidad Andina a partir de agosto de 1997; y la firma de numerosos “acuerdos de complementación económica” en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) durante los años noventa.

Al mismo tiempo, durante estos años han surgido en el continente americano otros proyectos completamente nuevos: el Grupo de los Tres (G3) entre Colombia, México y Venezuela en 1990; MERCOSUR entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay en 1991; el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés) en 1992, con la participación de México; la creación de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) promovida por el Mercado Común del Caribe (CARICOM) en 1994; y la propuesta estadounidense en 1994 para crear antes del año 2005 un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

La cooperación política, económica y la integración regional son procesos que, con mayor o menor fortuna, se han desarrollado en América Latina desde hace décadas. Recientemente, a raíz de los cambios ocurridos en el entorno internacional, entre los que cabría destacar las relaciones resultantes del fin de la Guerra Fría y la extensión del fenómeno de la globalización, ha habido un resurgir de acuerdos, organismos y otras plataformas donde se expresan la voluntad de los diferentes países de la región para llevar adelante iniciativas concertadas que favorezcan la cooperación y la integración en la región y con otros países afines a la misma.

Desde organizaciones regionales de raigambre histórica, como la Organización de Estados Americanos (OEA), Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y la Comunidad Andina (CAN), hasta acuerdos económicos de distinto signo y grado de profundización y las nuevas iniciativas de concertación política de cooperación e integración como el Grupo de Río y las Cumbres Iberoamericanas.

En este contexto, procede llevar a cabo un seguimiento de las diferentes propuestas que se vienen dando en el trascurrir del tiempo así como las orientaciones y nuevas tendencias que rigen los acuerdos y tratados que permitan al Perú establecer posiciones y formas de acción que faciliten acogernos y adaptarnos en condiciones más favorables.

Los factores desencadenantes de la integración

Las nuevas iniciativas de integración regional y acuerdos comerciales en América Latina se deben a una serie de factores. Entre ellos se destacan los cambios políticos tras la caída del socialismo real en Europa del Este, la onda de redemocratización en América Latina, la necesidad de concertaciones políticas para ganar más peso internacional, las reformas de mercado, y nuevas concepciones sobre el desarrollo.

Las reformas de mercado, implicaron una fuerte liberalización del comercio, donde los países abrieron sus fronteras a las importaciones y promocionaron sus exportaciones. Esas reformas modificaron el papel asignado al Estado, se privatizaron las empresas públicas y desaparecieron los grandes subsidios y protecciones a las industrias nacionales. Simultáneamente también cambio la idea del desarrollo: El desarrollo pasó a ser entendido como crecimiento económico, y esto se consignó en especial por dos factores: Aumentar las exportaciones y atraer las inversiones. Estas ideas fueron defendidas por agencias internacionales como el BID, el Banco Mundial y la CEPAL.

El flujo de dinero se volvió más libre; pasó a ser más sencillo el ingreso de monedas extranjeras a los países, así como más simple enviar dinero al exterior. Las medidas gubernamentales apuntaron a promover las exportaciones. En algunos países, desde el ámbito empresarial, se ha llegado a hablar de “exportar o morir”. Esto explica la gran relevancia que se le da a los acuerdos comerciales en tanto se los ve como indispensables para promover esas exportaciones.

También hay razones de coordinación política, atender cuestiones regionales de seguridad, y mejorar la capacidad en las negociaciones internacionales, por ejemplo ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Es obvio que hay razones económicas, pero no son las únicas y cualquiera de los aspectos mencionados se aplican directamente a la situación Latinoamericana. En especial si se piensan en pequeñas economías negociando por ejemplo con los Estados Unidos o la UE, deberían lograrse primero coordinaciones regionales que permitan negociar en bloque. Sin embargo en muchos casos los países de América Latina han venido negocian por separado o no han logrado acordar posiciones comunes.

Por ejemplo, cuando los países de América Central negociaron con Estados Unidos (un tratado de libre comercio convencional), la unidad entre las naciones se perdió y cada una de ellas negoció separadamente diversos aspectos del acuerdo compitiendo entre sí; como resultado Guatemala reconoció que había aceptado ventajas mayores a las otorgadas por sus vecinos.

El camino conciente de las dirigencias políticas en búsqueda de los mejores esquemas y mecanismos para poner en marcha la integración regional, reconoce, entonces, este pasado común que ha significado- en su sentido profundo- la existencia de un verdadero “pacto implícito”, que estaba vivo en los momentos de la lucha por la Independencia y que se justificaba legítimamente en al “...ciudadanía común, el uti possidetis jure, la obligación de solucionar pacíficamente las controversias, la negociación conjunta del reconocimiento de la independencia y de los grandes temas globales, el derecho de intervención (desde dentro de la confederación) para defender los gobiernos legítimamente constituidos, según sus leyes, y, en suma, todas las políticas comunes que sean necesarias para enfrentar la amenaza externa y la anarquía interna.” Estas grandes guías para la acción política constituyeron, de hecho, el basamento histórico-político-cultural de nuestros países y son recuperados, permanentemente, en términos de memoria conciente, aunque, también la propia historia sudamericana nos ha demostrado que las dificultades de la pragmática de los hechos y las políticas concretas de integración en nuestro devenir histórico, han puesto en contradicción y tensión estos principios-guía con las vicisitudes de la evolución político-institucional de las unidades políticas diferenciadas del espacio geográfico sudamericano.

Otro de los componentes conceptuales que hacen comprensible nuestro enfoque teórico de la integración, nos refiere a la idea de la comunidad política como portadora de intereses, valores y creencias que convierten a ese agrupamiento de seres humanos en una estructura viva, dinámica, con contradicciones; pero conciente, desde la experiencia política concreta, de ser parte de un proyecto común. En realidad, esta marca de identificación provee un espacio de creación de identidad en el que intervienen múltiples aspectos o dimensiones desde los cuales puede ser abordada la problemática de la integración regional sudamericana. Esas dimensiones son las que deben ser escrutadas y analizadas desde una perspectiva integral y sistémica, considerando, de hecho, al proceso integrador como un espacio temporal-espacial continuo, situado, referenciado a una determinada constelación de relaciones de fuerza y factores de poder que portan visiones y percepciones diversas sobre cómo hacer operativos los valores, creencias e intereses de la comunidad política considerada.

Por ende, la existencia de varios planos en los que se manifiesta la compleja red de un esquema de integración, supone la presencia de objetivos en pugna que, en su expresión político-institucional, son las variadas formas en que puede presentarse y representarse, social y simbólicamente, un proceso de estas características. Ciertamente, las diversas formas en que son problematizadas las cuestiones de la integración, nos lleva a conferir status de sentido formal, conceptual y práctico-empírico a una cosmovisión que aparece, permanentemente, como imposibilitada de elaborar un diagnóstico y un esquema de comprensión en el que estén debidamente identificados los diversos aspectos y/o elementos componentes de un proceso de integración que, como tal, solo cobra identidad comunitaria en un espacio geográfico e histórico compartido.

Los acuerdos y procesos de cooperación e integración en América Latina

En nuestro continente hay en marcha varias iniciativas. Por un lado existen acuerdos comerciales convencionales, con el formato de “libre comercio”. El más conocido es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Estados Unidos además ha formalizado acuerdos con varios países centroamericanos y la República Dominicana (CAFTA), con Chile, Perú y Colombia y Ecuador. Durante varios años se negoció un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), propuesta por Estados Unidos. Estas negociaciones en el trascurrir del tiempo no han evolucionado como se deseaba quedaron por largos periodos estancadas.

Entretanto han venido desarrollándose procesos de integración, con aspiraciones más ambiciosas que abarcan no solo procesos comerciales sin sociales, de seguridad y protección al medio ambiente y finalmente difundiendo el concepto de desarrollo sostenible y sustentable. Tratados que si bien no han avanzado mucho pero que su permanencia y continuidad han creado precedentes positivos para continuar en esta seda. Entre los principales de la región tenemos:

(1) Mercado Común de Centro América (MCCA),

(2) Comunidad Andina (CAN) y

(3) Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

Estos acuerdos están corriendo diversa suerte, y enfrentan diferentes problemas, presentándose nuevas iniciativas, entre las que se encuentran formatos de cooperación bilateral directa, como el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) promovido por el gobierno de Evo Morales en Bolivia, y en un plano más general, la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), propuesta por Venezuela.

Las características del regionalismo latinoamericano

Los diferentes procesos de integración y cooperación que se han venido dando en Latinoamérica, han presentado ciertas características que han facilitado o retardado los procesos y que es importante conocer. Estas son:

Diversidad.

Los proyectos políticos que componen el nuevo regionalismo latinoamericano divergen sustancialmente en cuanto a objetivos, institucionalización y participación estatal.

Si bien se trata generalmente de proyectos de integración económica, el fin al que se aspira es muy variable: el ALADI, el TLCAN, el G3 o el ALCA, tienen como objetivo la creación de zonas de libre comercio, la CAN aspira a la unión aduanera y otras agrupaciones sitúan sus expectativas en el establecimiento de mercados comunes, como el MCCA, el CARICOM o el MERCOSUR.

El nivel y forma de la institucionalización también son muy variables según la agrupación regional, no solo por la estructura orgánica adoptada en cada caso, sino sobre todo por las competencias que los Estados Miembros ceden a la organización.

En cuanto a la participación estatal, la diversidad subregional justifica las diferencias en la composición de las agrupaciones; pero lo más destacable a este respecto es quizá el surgimiento de dos proyectos cuyos miembros muestran una gran disparidad económica: uno de ellos es el TLCAN, del que se ha destacado habitualmente la coexistencia de Estados Unidos y México como miembros; el otro es el ALCA, en el que participan 34 de los 35 Estados americanos, excluido tan sólo Cuba.

Solapamiento.

Una característica del nuevo regionalismo latinoamericano vinculada a la participación es la condición de miembro que un mismo Estado combina en varias agrupaciones regionales. Salvo la excepción cubana, todos los Estados Americanos, participan en al menos dos proyectos de integración, y en algún caso hasta en cuatro o cinco diferentes, tal como el Perú, que además de participar en la CAN, es miembro del MERCOSUR, del ALCA, del ALADI y por tener costas en el Pacífico también participa en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

Esta participación múltiple en varios proyectos de liberalización comercial es sin duda una circunstancia que añade complejidad al funcionamiento de las agrupaciones regionales, pero al mismo tiempo tiende a acelerar el ritmo de desmantelamiento de las barreras comerciales y a los movimientos de capitales.

Impulso gubernamental.

Atendiendo a la secuencia con que se producen regionalización y/o regionalismo, suele distinguirse teóricamente entre integración inducida por el mercado (market-led) e integración inducida por políticas (policy-driven).

En América Latina los procesos de integración regional han surgido de iniciativas gubernamentales y han sido las instancias estatales las que han conducido los procesos. A diferencia de lo ocurrido en Asia Oriental, los niveles de regionalización efectiva antes del lanzamiento o reactivación de proyectos regionales no eran muy elevados. Las agrupaciones regionales surgen precisamente para fomentar estas relaciones económicas poco desarrolladas entre vecinos geográficos. Caso particular es quizás el TLCAN, pues en las regiones fronterizas de Estados Unidos y México tal independencia económica fue seguramente uno de los acicates para la formalización de la integración norteamericana. Pero al igual que ocurrió con las iniciativas de los años sesenta, el regionalismo latinoamericano de los años noventa es impulsado y conducido por iniciativas políticas.

Protagonismo empresarial.

Pese al papel de los gobiernos de la región en los inicios del nuevo regionalismo, el sector privado a tenido una participación activa en el impulso y desarrollo de las iniciativas de integración. Esta implicación de las fuerzas del mercado explica el aumento no sólo de los intercambios comerciales, sino sobre todo de los flujos de inversión extranjera directa. El apoyo de las empresas a la ampliación geográfica de los marcos geográficos en los que desarrollan sus actividades ha sido especialmente destacado en agrupaciones como el MERCOSUR y la CAN. Incluso en Norteamérica, pese al rechazo de algunos sectores industriales, los lobbies empresariales se han decantado mayoritariamente por la vía de la regionalización, comenzando por el Área de Libre Comercio Canadá – Estados Unidos (1988), el TLCAN y el ALCA.

Regionalismo abierto.

En América Latina la integración regional de los años noventa se plantea en base a la compatibilidad con el multiculturalismo, tal y como esta fue entendida en las formulaciones del “regionalismo abierto” que a principios de los años noventa realizó la CEPAL. En 1990 ésta destacaba las virtudes que para el desarrollo equitativo podían comportar los procesos de integración regional que fomentasen, entre otros aspectos, la liberalización comercial intrarregional, la apertura comercial selectiva hacia el exterior, el fortalecimiento de la base institucional y la participación de actores públicos y privados en los procesos de toma de decisiones. La asunción y consolidación del regionalismo abierto como estrategia de desarrollo se planteó en 1994, aunque con unas condiciones que lo diferenciaban sustancialmente del propugnado desde los años ochenta en la cuenca del Pacífico.

El regionalismo abierto latinoamericano no impulsa el multilateralismo, sino que se limita a complementarlo. La prioridad se asigna a la preferencia para las economías de la región, lo cual comporta necesariamente una discriminación con respecto a las economías exteriores. Se trata de un regionalismo abierto, si, pero abierto a las economías intrarregionales: sólo si avanza la liberalización multilateral se mantendrá la compatibilidad con el multilateralismo.

Iniciativas de Cooperación e Integración en América Latina

A pesar de haber hecho ya mención de los diferentes tratados y acuerdos; así como de los organismos que se han creado con la intensión de fomentar la integración y la cooperación en la región, a continuación se tratarán sobre ellas con un mayor detalle aquellas en las que el Perú participa en forma activa.

1. Organizaciones del Sistema Interamericano

a. Comisión Económica para América Latina (CEPAL)

La CEPAL fue establecida por Resolución del Consejo Económico y Social de la ONU el 25 de febrero de 1948. Es una de las cinco comisiones regionales de las Naciones Unidas fundada para contribuir al desarrollo económico de América Latina, coordinar las acciones encaminadas a su promoción y reforzar las relaciones económicas de los países entre sí y con las demás naciones del mundo. Si bien en un principio se enfocaba sólo en América Latina, posteriormente se amplió a los países del Caribe.

b. Banco Interamericano del Desarrollo (BID)

En 1940 nueve estados americanos suscribieron el Convenio constitutivo del Banco Interamericano, iniciativa que no pudo convertirse en realidad, en virtud de la falta de suficientes ratificaciones.

Fue el Consejo de la OEA quien luego de varios intentos logró el impulso necesario para su constitución el 8 de abril de 1959, por 18 estados con el objetivo de combatir la pobreza y fomentar la equidad social por medio de programas adaptados específicamente a la coyuntura local.

El Banco provee financiamiento para, entre otros, garantizar el desarrollo sostenible, el crecimiento económico, el aumento en la competitividad y la modernización de las instituciones públicas en América Latina y el Caribe. También otorga asistencia técnica en materia de educación, reducción de la pobreza y agricultura.

c. Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL)

El INTAL es una unidad del BID que promueve acciones de integración, comercio y cooperación, en el marco de la estrategia del Banco. El Instituto también brinda capacitación y asistencia técnica para el fortalecimiento institucional en los países miembros y promueve el diálogo con la sociedad civil.

Desde el año 2000, el INTAL constituye la Secretaría del Comité de Coordinación Técnica de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) que tiene por objeto promover el desarrollo infraestructural de doce países sudamericano enfocado en transporte, energía y telecomunicaciones.

d. Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)

El ALCA, es un proceso de integración regional en el que participan 34 países del continente americano, cuyo propósito es eliminar progresivamente las barreras al comercio, servicios e inversión.

En la primera Cumbre de las Américas, celebrada en Miami en diciembre de 1994, los Jefes de Estado y de Gobierno de 34 países del Continente Americano acordaron el establecimiento del ALCA en donde se eliminaría, progresivamente, las barreras al comercio y a la inversión.

Dentro de sus objetivos principales podemos mencionar:

- Promover la prosperidad a través de la creciente integración económica y el libre comercio.

- Facilitar la integración de las economías más pequeñas.

- Procurar que las políticas ambientales y de liberalización comercial se apoyen mutuamente.

- Asegurar, de conformidad con las respectivas leyes y reglamentos de cada país, la observancia y promoción de los derechos laborales.

Países miembros:

Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Dominica, El Salvador, Ecuador, Estados Unidos, Granada, Guatemala, Guayana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Santa Lucía, San Cristóbal y Nevis, San Vicente y Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay, y Venezuela

2. Bloques Económicos de América Latina.

a. Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI)

Con la finalidad de reestructurar y continuar los esfuerzos de integración realizados por la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), creada en 1960, 11 países de la región (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela), suscribieron el tratado de Montevideo de 1980, que instituyó la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), a la cual se adhirió Cuba en 1999.

ALADI es el mayor grupo latinoamericano de integración, cuyo objetivo de largo plazo es establecer, en forma gradual y progresiva, un mercado común latinoamericano

En base al nivel de desarrollo de cada país, la asociación, reconoce tres categorías de países:

- De menor desarrollo económico relativo (Bolivia, Ecuador y Paraguay)

- De desarrollo intermedio (Colombia, Cuba, Chile, Perú y Uruguay)

- Los restantes países (Argentina, Venezuela, Brasil y México).

b. Comunidad Andina (CAN)

El 26 de mayo de 1969, cinco países sudamericanos (Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú) firmaron el Acuerdo de Cartagena, con el objetivo de alcanzar un desarrollo más acelerado, más equilibrado y autónomo, mediante la integración andina, sudamericana y latinoamericana

Su principal meta es avanzar en la profundización de una integración integral que contribuya de manera efectiva al desarrollo humano sustentable y equitativo para vivir bien, con respeto por la diversidad y las asimetrías que aglutine las diferentes visiones, modelos y enfoques y que sea convergente hacia la formación de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).

De esa manera, se puso en marcha el proceso andino de integración conocido, en ese entonces como Pacto Andino, Grupo Andino o Acuerdo de Cartagena. El 13 de febrero de 1973, Venezuela se adhirió al Acuerdo. El 30 de octubre de 1976, Chile se retiró de él.

En los últimos años se han registrado acontecimientos que, sin duda, han impactado en el quehacer de la integración. En abril del 2006, Venezuela decidió retirarse de la CAN y el 20 de setiembre de este mismo año, el Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores otorgó a Chile la condición de País Miembro Asociado de la Comunidad, abriendo el camino para su reingreso.

En sus 38 años de existencia, el proceso andino de integración exhibe logros que no se limitan al campo comercial:

- Hoy para viajar a cualquiera de los países de la CAN, basta con tener el documento nacional de identidad.

- Cuenta con normas comunitarias que garantizan la circulación y permanencia de nacionales andinos en la subregión con fines laborales sin perder sus derechos a la seguridad social.

- La elección de los parlamentarios andinos, mediante el voto popular.

- La existencia de un Plan Integrado de Desarrollo Social sobre el empleo, salud, educación y una agenda Ambiental

Países Asociados: Argentina, Brasil,.Paraguay y Uruguay

Países Observadores: Méjico y Panamá

c. Mercado Común del Sur (MERCOSUR)

El MERCOSUR, es un acuerdo subregional de integración, celebrado en el marco del ALADI. Es una Unión Aduanera (es un área de libre comercio que además, establece una tarifa exterior común, ósea, una política comercial común hacia los estados que no son miembros), conformada por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Fue creado el 26 de marzo de 1991, con la firma del Tratado de Asunción.

El 4 de julio de 2006 se suscribió un Protocolo de Adhesión mediante el cual Venezuela se constituyó como Estado Parte. No obstante, este instrumento de adhesión aún no ha entrado en vigor debido a que a la fecha no ha sido ratificado por todos los parlamentos de los firmantes, por lo que su vinculación legal al bloque sigue siendo como Estado Asociado.

El 2003 el Perú firmó un Acuerdo de Alcance Parcial de Complementación Económica con los países del MERCOSUR, como parte del proceso de integración entre el MERCOSUR y la CAN. Así, se convirtió en miembro asociado del MERCOSUR. A fines de noviembre del 2005, el Perú se unió formalmente uniéndose a Bolivia y Chile.

En la actualidad, muchos de los propósitos del proceso de “mercado común”, en la práctica no se han logrado, siendo en la práctica una “zona de libre comercio” o una “unión aduanera imperfecta”, debido principalmente a los factores siguientes:

- La liberalización del comercio en la zona aún no es plena.

- Si bien existe un arancel externo común para muchas mercaderías, hay numerosas excepciones al mismo, y los Estados Partes tienen la facultad de confeccionar una lista en la que se indican qué bienes quedan exceptuados de dicho arancel, pudiendo modificarla semestralmente.

- No existe una concreta coordinación de las políticas comerciales entre los Estados Partes.

- No existe la libre circulación de capitales, servicios o personas.

Países Asociados: Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú

3. Otros bloques de cooperación e integración

a. Organización de Estados Americanos (OEA)

Del 1 al 3 de junio de 1998, en caracas, Venezuela, con la participación de representantes de los 34 países americanos miembros, se celebraron el cincuentenario y la XXVIII Asamblea General de la OEA. En ésta última se aprobaron 65 resoluciones, entre ellas las referentes a la modernización del organismo; el fortalecimiento de la democracia representativa y el multilateralismo; la lucha contra la pobreza, la corrupción, el narcotráfico, el lavado de dinero y el terrorismo; el respeto de los Derechos Humanos; la protección internacional de los refugiados; la cuestión de las islas Malvinas y las recientes pruebas nucleares de la India y Pakistán.

En el ámbito institucional, la OEA ha asumido los mandatos emanados de la II Cumbre de las Américas en 1998, celebrada en abril en santiago de chile, mediante los que entra a formar parte de un comité tripartito encargado de dar apoyo técnico para el logro de los objetivos trazados en Chile, especialmente los referentes a la seguridad hemisférica.

La V Cumbre de las Américas, realizada el 19 de Abril del 2009, se podría resumir en un paso adelante respecto a la relación de Estados Unidos con América Latina, en su presentación en sociedad el presidente norteamericano Barack Obama supo lidiar con verbo fluido y con visos diplomáticos a sus más fervientes derroteros y críticos.

b. Grupo de Río

El Grupo de Río, ha destacado en tres acontecimientos: La VIII reunión institucionalizada entre el Grupo de Río y la UE, celebrada en la ciudad de Panamá el 11 y 12 de febrero de 1998; el período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de la ONU en materia de drogas, celebrado en Nueva York del 8 al 10 de junio del mismo año; y la XII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Río, celebrada en la ciudad de Panamá el 5 y 6 de septiembre.

En la reunión conjunta con representantes de la UE, Bolivia propuso la creación de un centro de prevención de conflictos, cuya misión será desarrollar mecanismos políticos, diplomáticos y militares para prevenir conflictos armados en América Latina.

En el encuentro de la ONU, los presidentes de Bolivia, Colombia y Perú, que representan a los países más afectados por los problemas de las drogas, mostraron cuatro principales propuestas:

- La creación de un grupo consultivo para coordinar la lucha contra el narcotráfico y estimular las donaciones para tal fin.

- La aplicación a nivel mundial del principio de responsabilidad compartida entre países productores y consumidores.

- La multilaterización de la certificación, para contrarrestar el sistema unilateral impuesto por Estados Unidos. y

- La necesidad de disponer de recursos económicos para poder financiar programas de cultivos alternativos que permitan reducir la producción de coca.

Finalmente, en la Cumbre celebrada en Méjico el 22 de Febrero del 2010, se aprobó una decena de declaraciones como la de solidaridad con Haití e intermediar en las diferencias entre Colombia y Venezuela.

La Cumbre, que reunió a 32 países, se desarrolló con el principal objetivo de avanzar en una nueva organización que les agrupe sin Canadá ni Estados Unidos.

c. Comunidad Iberoamericana de Naciones

Desde 1991 se realiza anualmente la Cumbre Iberoamericana. En esta conferencia participan diecinueve países de Iberoamérica -Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay, República Dominicana, Uruguay, Venezuela- además de tres países de la Península Ibérica -Andorra, España y Portugal.

Las Cumbres Iberoamericanas más recientes se han desarrollado en el 2006 en Montevideo, Uruguay; en el 2007 en Santiago de Chile (que pasará a los anales de la historia por el "¿Por qué no te callas?" de SM el Rey de España a Hugo Chávez); y en el 2008, que tuvo lugar en El Salvador entre el 29 y el 31 de octubre. en la que participaron los 22 países miembros. Además, otros países que fueron antiguamente posesiones españolas y portuguesas en África, Asia y Europa, como Angola, Bélgica, Filipinas, Guinea Bissau, Guinea Ecuatorial, Italia, Marruecos, Mozambique y Timor Oriental, han solicitado formar parte de esta cumbre

d. Cooperación Económica del Asia-Pacífico (APEC)

Este foro surgió en 1989 como consecuencia de una creciente interdependencia que existía en la región.

APEC tiene como objetivo promover el crecimiento y prosperidad económica de la región, así como también reforzar el sentido de comunidad. En este sentido fue que en 1994, los miembros del APEC se comprometieron a alcanzar las metas de Bogor, las cuales intentan alcanzar el libre comercio e inversión en la región Asia-Pacífico, teniendo como plazo el año 2010 para las economías industrializadas y el año 2020 para las economías en desarrollo.

Perú es miembro del APEC desde 1998 y el ingreso a este foro responde al deseo de afianzar los vínculos económicos existentes y poder generar mayores relaciones económicas con la región que ha presentado gran dinamismo en términos de crecimiento. La posibilidad de obtener nuevas oportunidades comerciales y de desarrollo también influenció en la decisión de pertenecer a este grupo.

Países Miembros:

Australia; Brunei Darussalam; Canadá; Chile; República Popular de China; Hong Kong, China; Indonesia; Japón; Corea; Malasia; México; Nueva Zelanda; Papua Nueva Guinea; Perú; Filipinas; Rusia; Singapur; China Taipei; Tailandia; Estados Unidos; Vietnam.

4. Las Cumbres Sudamericanas y el nuevo marco de integración regional

La primera reunión de los presidentes y jefe de Estado de América del Sur tuvo lugar en Brasilia (Brasil) el 31 de agosto y 1 setiembre de 2000. La denominación oficial fue de “cumbre de presidentes” y los acuerdos se expresaron en el “Comunicado de Brasilia”. Allí cobró fuerza la idea de una integración “sudamericana” en lugar de una integración “latinoamericana”, y además se aprobó una iniciativa en infraestructura de transporte, energía y telecomunicaciones.

A juicio de los participantes, el proceso debía hacerse en dos movimientos: el primero era un acuerdo comercial entre la CAN y el MERCOSUR, y el segundo era la integración física.

Se aprobó un “Plan de Acción para la Integración de la Infraestructura Regional en América del Sur” que abarca la integración en transporte, energía y comunicaciones, y que será conocida bajo la sigla IIRSA. Los proyectos más importantes comenzaron a gestarse alrededor de Brasil, como las conexiones carreteras hacia Perú, Venezuela y Guyana, y la interconexión eléctrica con Venezuela.

II Cumbre en Guayaquil (2002)

Los presidentes de América del Sur se volvieron a reunir en Guayaquil (Ecuador) dos años mas tarde. La cita tuvo lugar entre el 26 y 27 de julio de 2002

El proceso sudamericano no parecía muy vigoroso ya que todos los países estaban más concentrados en las negociaciones del ALCA. Además, a fines de 2001 se lanzaron las negociaciones globales en la Organización Mundial de Comercio (OMC), bajo la llamada “Ronda de Doha”, y donde todos los sudamericanos apostaban a lograr una mayor apertura comercial de las naciones industrializadas.

Se reiteró el apoyo al IIRSA, como promotor del crecimiento económico, incentivador de la competitividad y creador de mercados ampliados que fortalecerían la integración.

Las dos primeras cumbres presidenciales, y en especial el apoyo al IIRSA, afianzaron el papel de instituciones financieras sudamericanas. Hasta hace poco, el financiamiento de los grandes proyectos como puentes y carreteras era brindado por los propios gobiernos, o en especial por el Banco Mundial y el Bando Interamericano de Desarrollo (BID). En paralelo a avance de las cumbres y del IIRSA, casi en forma desapercibida cobran nuevo protagonismo las instituciones financieras regionales de América del Sur.

III Cumbre de Cusco (2004)

Se lanzó en la ciudad de Cusco (Perú), la idea de una “Comunidad Sudamericana de Naciones” (CSN).

La integración física, energética y de comunicaciones en Sudamérica adquiere prioridad, sobre la base de la profundización de las experiencias bilaterales, regionales y subregionales existentes, con la consideración de mecanismos financieros innovadores.

I Cumbre de la CSN en Brasilia (2005)

Se realizó un análisis de las propuestas de Bolivia y Venezuela sobre el caso del TCP en los acuerdos establecidos entre Bolivia, Cuba y Venezuela y el caso del ALBA, como alternativas lógicas para generar la integración regional, pero finalmente ante la ausencia de ideas concretas se concluyó en que por ahora deben prevalecer los acuerdos de colaboración y asistencia, junto a acuerdos de comercio preferencial

II Cumbre de la CSN en Cochabamba (diciembre del 2006)

Se perdió una inmejorable oportunidad de dejar establecido el principio de soberanía y solidaridad regional al no pronunciarse a favor de la integridad territorial y del Estado de Derecho en Bolivia, amenazados por la negativa de la oposición y de las fuerzas empresarias y políticas de la derecha a respetar la legalidad de la Asamblea Constituyente que sesiona en Sucre.

El presidente de Venezuela, reiteró que los protagonistas principales del proceso de integración deben ser los pueblos y que la CSN y el MERCOSUR deben ser "reformateados”, porque sólo benefician el comercio y no a al conjunto de la sociedad. En ese sentido, Venezuela y Bolivia asociados con Cuba, avanzan con propuestas más concretas sobre el ALBA, Petrocaribe, Gasoducto del Sur y proyectos de solidaridad financiera.

Pasos importantes relacionados al papel del Perú en la cooperación e integración sudamericana

1. La CAN y el MERCOSUR (06 DIC 02)

Viendo la necesidad de fortalecer el proceso de integración de América Latina, a fin de alcanzar los objetivos previstos en el Tratado de Montevideo de 1980, mediante la concertación de acuerdos abiertos a la participación de los demás países miembros de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), el 6 de diciembre del 2002 se suscribió el Acuerdo de Complementación Económica Nº 56, entre la CAN y el MERCOSUR que establece la conformación de un Área de Libre Comercio.

2. Acuerdo de Alianza Estratégica entre Perú y Brasil y del Acuerdo de Libre Comercio para el acceso del Perú al MERCOSUR (27 AGO 2003).

El área de libre comercio se conformará a través de un programa de liberación comercial que se aplicará a los productos originarios y procedentes del Perú y MERCOSUR. Asimismo, Perú y Brasil suscribieron el Memorándum sobre los tres Ejes de Integración, el Memorándum de Entendimiento sobre Cooperación para la Vigilancia de la Amazonía, el Tratado de Extradición y Convenio sobre transferencia de Personas Condenadas, entre otros acuerdos.

El documento de integración, dentro de la Iniciativa de la Integración de la Infraestructura Regional de América del Sur (IIRSA), se refiere principalmente a la ejecución de los principales ejes de integración y desarrollo:

- El Eje Andino, que une Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia con dos líneas paralelas: la carretera Panamericana y la Marginal de la Selva.

- El Eje Interoceánico, que une los puertos de Matarani e Ilo (Perú), Arica e Iquique (Chile) con los puertos de Santos y Sepetiba (Brasil), pasando por Puerto Suárez (Bolivia) y Corumbá (Brasil), con un eje tributario que une este eje principal con la ciudad de Cuiabá (Brasil).

- El Eje Perú-Brasil, que se inicia en Ilo y Matarani hasta Madre de Dios para llegar a los Estados de Acre y Rondonia, y que a través del puerto de Porto Velho, por vía fluvial del río Madeira podrá conectarse con Itacoatiara en el norte (Manaus), de manera que puede ser un gran eje multimodal.

- El Eje Fluvial Norte-Sur, que ha sido denominado Eje Multimodal Orinoco-Amazonas Plata. Se está avanzando la interconexión del Orinoco con el Amazonas para navegar desde Venezuela hasta Porto Velho, y más adelante se resolverá los malos pasos del Alto Madeira y las cachuelas de Guajará Mirim para poder interconectarlo con la hidrovía Paraguay-Paraná.

3. El compromiso de Chile, Perú y Colombia de integrar sus respectivas bolsas en un solo mercado (01 NOV 2009)

El difícil camino de la integración en Sudamérica ha avanzado unos pasos con el compromiso de Chile, Perú y Colombia de integrar sus respectivas bolsas en un solo mercado. La iniciativa, sujeta a numerosos detalles pendientes de concretar, podría dar lugar a una bolsa con casi 600 valores cotizados y una capitalización bursátil regional de casi la cuarta parte. El nuevo mercado se propone hacer la competencia a las dos principales bolsas de la zona: Brasil y México.

Antes de la integración, las autoridades reguladoras deberán resolver cuestiones vitales para el funcionamiento de los mercados como es el acceso de los emisores y de los numerosos agentes que intervienen en cada una de las plazas; la custodia y liquidación de operaciones, y las reglas de supervisión que regirán el mercado integrado. También está pendiente decidir cuál será la moneda de referencia que se utilizará y los requisitos para invertir. Se baraja también la posible integración de los mercados de renta fija.

Ahora no sólo verán a las bolsas de México y Sao Paulo como las más representativas de la región, sino que podrán ver también nuestro mercado integrado como una interesante alternativa de inversión.

Perspectivas y tendencias

El Perú es el único país de la Comunidad Andina, miembro de APEC, de la Cuenca del Pacífico, con plenos deberes y derechos de participación en un mercado que al 2020 deberá facilitar el libre intercambio, sin aranceles, de bienes y servicios entre las naciones integrantes. Así mismo, es un punto de encuentro natural entre América del Sur y la Cuenca del Pacífico, así como un lugar desde donde se puede llegar con cierta facilidad a todos los países sudamericanos

El Perú tiene antecedentes de su vocación integradora. En 1847, durante el gobierno del Mariscal Castilla y cuando José Gregorio Paz Soldán era Canciller, el Perú convocó a la primera reunión de solidaridad con objetivos de defensa mutua y de comercio de los países de Sudamérica. Esa fue la primera conferencia de solidaridad sudamericana. Y en 1864 convocamos a la segunda. Eso no cuajó como una experiencia con permanencia en el tiempo. Entonces, América del Sur perdió su orientación de identidad. Hoy la historia nos da una nueva oportunidad.

La región se encuentra aún en una fase de consolidación de sus estructuras económicas y de sus instituciones democráticas. Las tensiones sociales que vive el continente, como resultado de la desaceleración económica y de su retraso estructural, generan fuertes presiones sobre los sistemas políticos. La inestabilidad de algunas naciones es una muestra de ello. No obstante, se ha avanzado notablemente en el reforzamiento de la cultura democrática, incluso en los países que han atravesado situaciones extremas no se han dado soluciones fuera de los marcos constitucionales.

Desde el punto de vista de la seguridad la nuestra es una de las regiones del mundo que está exenta de conflictos interestatales. Pese a haber algunas diferencias entre naciones del área, éstas no suponen la posibilidad inmediata de conflictos.

Coincidiendo con la recuperación de la economía norteamericana y el dinamismo de otras regiones como el Asia, se viene registrando el inicio de un nuevo ciclo de crecimiento en América Latina. Dicho mejoramiento, no obstante, no se ha dado de manera homogénea.

Algunos países, como el Perú, se han visto beneficiados con el incremento de los precios de sus productos de exportación. Ello, sumado a la preservación de los equilibrios macroeconómicos básicos, ha determinado que registren una mejor trayectoria.

De todas formas, la acumulación de demandas sociales, en un contexto de continuo crecimiento demográfico y agudización de la pobreza genera presiones sobre los sistemas políticos de difícil tratamiento para los gobernantes. Por tanto, pese a que la región puede ser favorecida por el nuevo ciclo de expansión de la economía mundial que está comenzando, ello no significará necesariamente una mayor estabilidad política y social si es que los beneficios del crecimiento no alcanzan a los sectores más pobres de la sociedad.

Este es el contexto político, socioeconómico y estratégico en el que se inscribe la nueva etapa de integración regional que ha comenzado con el nacimiento de la Comunidad Sudamericana de Naciones.

Durante gran parte de la historia republicana, la política exterior del Perú estuvo centrada en la defensa de la soberanía y en la consolidación de las fronteras territoriales. Los conflictos y las controversias de límites constituyeron barreras para llevar adelante políticas integrales de desarrollo fronterizo con las naciones vecinas. En el caso del Brasil, la existencia de una vasta región de difícil acceso, como es la del Amazonas, aunada a la falta de voluntad política, propiciaron que no se diera una efectiva integración, situación que hemos remontado comprometiendo una “alianza estratégica”.

No obstante, este panorama ha cambiado radicalmente al comenzar el nuevo siglo. La globalización ha acelerado los procesos de articulación de los diferentes bloques regionales. En Sudamérica, se ha perfilado un nuevo escenario en el que los países del área encuentran en la integración - en su sentido más amplio- una condición sine qua non para su despegue y desarrollo sostenido.

Estamos hablando de 17 millones de kilómetros cuadrados en Latinoamérica, de 361 millones de habitantes, de un producto bruto interno de más de 973 mil millones de dólares, de exportaciones por encima de los 180 mil millones de dólares, y de un comercio intrarregional que ya se está realizando por encima de los 30 mil millones de dólares (1). El producto bruto interno de la Comunidad Sudamericana de Naciones es superior al del Canadá; y largamente superior, en más de 200 millones de dólares, al de los famosos tigres asiáticos que conforman la ASEAN.

Debemos elaborar y ejecutar la política exterior a partir de una interpretación de la historia del Perú en sus relaciones externas, de un engarzamiento de los intereses del Perú en este mundo global y de la globalización en relación con el Perú. Consecuentemente, debemos plantear una visión estratégica moderna del Perú frente al siglo XXI, sobre cómo debemos insertarnos en el mundo.

En la globalización no solo las empresas deben ser competitivas; deben serlo también los Estados. Requerimos ser competitivos para que los factores externos, que pueden perjudicarnos o favorecernos, sean aprovechados por el Perú de la manera más eficaz posible, para tener más seguridad, bienestar y desarrollo económico y social con justicia. Al mismo tiempo, requerimos minimizar o eliminar los impactos negativos de la globalización.

Necesitamos, al mismo tiempo, fortalecer nuestra proyección en el escenario internacional. El Perú es un país mediano en la región. Por ello tiene que proyectarse hacia el mundo a partir de un agrupamiento sudamericano que nos permita, por primera vez en la historia, manejar mejor nuestros intereses en términos políticos, comerciales, de transferencia e innovación tecnológica, de seguridad, estratégicos, de cultura, de biodiversidad, entre otros.

Debemos saber utilizar las experiencias exitosas de otras regiones para apuntar con gran optimismo a una alternativa similar en este nuestro espacio sudamericano.

DICCIONARIO DE SIGLAS Y ABREVIACIONES

1. ALBA – Alternativa Bolivariana para América. Propuesta del presidente H. Chávez, como alternativa al ALCA.

2. ALADI - Asociación Latinoamericana de Integración

3. ALALC - Asociación Latinoamericana de Libre Comercio

4. ALCA – Área de Libre Comercio de las Américas

5. APEC - Cooperación Económica del Asia-Pacífico

6. BID - Banco Interamericano del Desarrollo

7. BM - Banco Mundial

8. CAN – Comunidad Andina de Naciones.

9. CARICOM - Comunidad y Mercado Común del Caribe

10. CEPAL - Comisión Económica para América Latina

11. G-3 - Grupo de los Tres (conformado por Colombia, Méjico y Venezuela)

12. Grupo de Río - Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política

13. IIRSA – Iniciativa en Infraestructura Regional Suramericana, creada en la Cumbre Sudamericana de Presidentes de 2000, para promover conexiones carreteras, hidrovías, interconexiones energéticas y en telecomunicaciones.

14. INTAL - Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe

15. MERCOSUR – Mercado Común del Sur. Miembros plenos actuales: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Venezuela fue aceptada como miembro pleno en 2006. Son miembros asociados Chile, Bolivia y Perú.

16. MCCA - Mercado Común Centroamericano

17. NAFTA - Tratado de Libre Comercio de América del Norte

18. OEA – Organización de los Estados Americanos – Organismo de cooperación política entre todos los países de las Américas.

19. OMC – Organización Mundial de Comercio – Organismo global que genera las reglas para el comercio internacional,

20. TCP – Tratado de Comercio de los Pueblos. Concepto propuesto por el gobierno de Evo Morales de Bolivia. Se ha firmado un TC entre ese país con Cuba y Venezuela.

21. TLC – Tratado de Libre Comercio. Acuerdo comercial donde uno o más países se otorgan preferencias comerciales y otras medidas relacionadas con el comercio

22. TLCAN - Tratado de Libre Comercio de América del Norte

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